Ha dicho el Presidente Andrés Manuel López Obrador que participara en la consulta popular de revocación de mandato, escribiendo en la boleta la leyenda ¡Viva Zapata! Si lo dice él, no hay razones para no creerle. Si lo hace así, la boleta será invalidada.
Zapata contra Madero
-AMLO firmará boleta con leyenda: ¡Viva Zapata!
-El Zapata real
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Raúl Hernández Moreno
Ha dicho el Presidente Andrés Manuel López Obrador que participara en la consulta popular de revocación de mandato, escribiendo en la boleta la leyenda ¡Viva Zapata! Si lo dice él, no hay razones para no creerle. Si lo hace así, la boleta será invalidada.
Ahora bien, desconocemos si el Presidente conoce al Zapata de carne y hueso, o se quedó con la imagen idealizada, esculpida en bronce, con el que abordan su vida los libros de texto, en unos pocos párrafos, que se leen en menos de un minuto.
El Zapata real terminó de enemigo de ese otro prócer de la historia nacional al que dice admirar el Presidente, el ingenuo y desleal con sus amigos, Francisco I. Madero.
Zapata se sumó a la revolución mexicana en su natal Morelos y al triunfo de ésta, acudió el 7 de junio de 1911 al multitudinario recibimiento que más de cien mil personas le ofrecieron a Madero a su entrada a la Ciudad de México, que entonces tenía 470 mil habitantes.
Zapata, como muchos mexicanos, tenía grandes esperanzas en Madero y confiaba en que la reforma agraria sería una realidad. Luego del triunfo de la revolución, Francisco León de la Barra se convirtió en presidente interino y se dedicó a acosar, perseguir y exterminar al zapatismo, con la ayuda de Victoriano Huerta.
Zapara resistió los embates. Hubo elecciones, Madero ganó y el 6 de noviembre se hizo cargo de la presidencia y al igual que León de la Barra exigió el desarme incondicional de los zapatistas, sin plantear una reforma agraria.
El 8 de noviembre, Gabriel Robles, enviado del Presidente Madero, llegó a Cuautla para entrevistarse con Zapata y buscar su desarme, a lo que el líder sureño estuvo de acuerdo, pidió un plazo de 45 días, que se nombrase gobernador provisional a Raúl Madero o a Eufemio Zapata y que se le asignarse una escolta de 500 hombres, mientras se apaciguaba el estado.
Cuando Robles le informó a Madero sobre los términos para que se diera el desarme., este dijo que no podía tratar de igual a igual a un forajido local y le entregó una carta con sus instrucciones: “...Haga saber a Zapata que lo único que puedo aceptar es que inmediatamente se rinda a discreción y que todos sus soldados depongan las armas inmediatamente. En este caso indultaré a sus soldados del delito de rebelión y a él se le darán pasaportes para que se vaya a radicar temporalmente fuera del estado”
El 26 de noviembre se dio a conocer el famoso Plan de Ayala, en el que no solo se negaba a “Madero su autoridad como jefe de la revolución y presidente de la república, sino que asimismo dieron origen a su propia revolución, la Revolución del Sur”.
Con el plan nació la revolución social y se presentó 20 días después de que Madero se hizo cargo de la presidencia de la republica. Que un antiguo aliado se convirtiera en enemigo a las tres semanas de la toma de posesión del nuevo gobierno, fue el indicio del fracaso del nuevo régimen que duró escasos 15 meses.
En diciembre de 1911. Madero envió una comisión a entrevistarse con Zapata en un campamento de la frontera Puebla-Morelos. Los comisionados reiteraron el ofrecimiento de un viaje seguro al exilio, a lo que Zapata estalló de resentimiento: “Yo he sido el más fiel partidario del señor Madero; le he dado pruebas infinitas de ello; pero ya en estos momentos he dejado de serlo. Madero me ha traicionado, así como a mí ejército, al pueblo de Morelos y a la nación entera. La mayor parte de sus partidarios están encarcelados o perseguidos y ya nadie tiene confianza en él por haber violado todas sus promesas; es el hombre más veleidoso que he conocido”. ¿Qué le diremos al Presidente? –le preguntaron los comisionados. “Díganle, además, de mi parte que el vaya para La Habana, porque de lo contrario ya puede ir contando los días que corren, pues dentro de un mes estaré yo en México con veinte mil hombres, y he de tener el gusto de llegar hasta Chapultepec, y sacarlo de ahí para colgarlo de uno de los sabinos más altos del bosque”.
Zapata es el intransigente de la revolución. Combatió a Díaz, a de León de la Barra, a Madero, a Huerta, a Carranza.