Luego de un proceso electoral el número de indecisos junto a las personas que no salieron a votar termina siendo más alto que los votos que sacaron los que participaron, inclusive, del mismo ganador, regularmente la cifra de indecisos pasa a segundo término; lo que importa es el número de votos para obtener el triunfo, sin importar que el porcentaje de la votación sea baja.
ARENA POLÍTICA
DIRIGENTES VENDIDOS
Por Rubén Arenas
Luego de un proceso electoral el número de indecisos junto a las personas que no salieron a votar termina siendo más alto que los votos que sacaron los que participaron, inclusive, del mismo ganador, regularmente la cifra de indecisos pasa a segundo término; lo que importa es el número de votos para obtener el triunfo, sin importar que el porcentaje de la votación sea baja.
Por ejemplo, en la elección de Nuevo Laredo a presidente municipal en 2005, el índice de votación apenas alcanzó un 33%, ese año, el ganador fue el candidato del PRI, sin embargo, si se juntan los votos del candidato del PAN y del PRD, superan a los del PRI, es decir, el abanderado tricolor se convirtió en alcalde con apenas el 15% de los que salieron a votar.
Ese año, al 67% de la población con edad de votar, ninguno de los candidatos que participaron los convenció, por lo que el número de indecisos fue muy alto, aun así, hubo un ganador. Cada partido tiene su voto duro y si le suman los votos de los indecisos que logren convencer, les puede dar un triunfo holgado, pero si no, habrá que dividir el voto como se hizo ese año y como se ha hecho en muchos procesos electorales.
En lo que respecta al proceso electoral que está corriendo y donde habrá cambio en la gubernatura, nos lleva a revisar los números de la elección de 2016, es preciso señalar que ese año, se logró una participación récord con un 56% de los inscritos en la lista nominal, pero, hubo un millón 119 mil 214 tamaulipecos que no les interesó votar por ningún de los candidatos, a pesar de que se vislumbraba un cambio de régimen en el estado, luego de más de 80 años de supremacía priista.
El abanderado de Acción Nacional y actual gobernador, Francisco García Cabeza de Vaca, llegó tumbando caña, con sus “vientos de cambio”, prometió derribar todo monumento tricolor erigido a lo largo de esas 8 décadas, algo que le gustó a los tamaulipecos y por eso le dieron 721 mil 49 votos, del millón 438 mil depositados en las urnas, pero repetimos, hubo más de un millón de personas a las que no convenció.
A la gente le gusta el cambio, sobre todo si ha sido olvidada por los gobernantes, como sucedió en 2016 en el estado, 2018 en el país, o como pasó en Nuevo Laredo en 2013 y ahora en 2021.
La pregunta ahora es ¿Cómo le hará Acción Nacional para convencer no solo ese millón de indecisos sino a todos los tamaulipecos si hace 5 años prometió acabar con un priismo que tanto daño hizo en el estado? El mismo gobernador lo señaló cuando ganó y fustigó, por ejemplo, lo de la inseguridad, los excesos de poder y derroche del gasto público de los gobiernos del PRI.
Cabeza de Vaca y Acción Nacional casi logró terminar con el priismo, pues en 5 años el tricolor perdió más de 350 mil votos, sin embargo, ahora lo revive con la alianza dándole respiración de boca a boca, ya que, desde hace mucho, el barco priista naufragó en el mar de la decepción y el engaño, pero ¿Qué creen? les llegó un salvavidas con vivos azules, que primero rescató, cual capitán Phillips (Tom Hanks) a sus dirigentes Yahleel Abdala y Edgar Melhem, presidentes del CDE que durante su gestión, se desarrolló dicha catástrofe priista.
Pero, dentro del priismo fiel, no leal, porque la lealtad se acaba cuando se terminan los beneficios; hay un remanente no pequeño que no está dispuesto a apoyar ese amasiato.
Hace unos días el ex alcalde de Reynosa, Oscar Luebbert Gutiérrez, dio a conocer la carta de una dama que se desempeña como seccional, suponemos que, en dicho municipio, la misiva la comienza de la siguiente manera:
“14 de enero de 2022 pasará a la historia de Tamaulipas como el día que algunos dirigentes de nuestro Instituto Político nos vendieron al PAN.
14 de enero de 2022 pasará a la historia de Tamaulipas como el día que algunos dirigentes de nuestro Partido se pusieron de alfombra del panismo y perdieron la dignidad, si es que la tenían, por unas promesas y quizás algunas monedas.
Soy una líder seccional, tengo más de 50 años defendiendo los colores de mi partido, fui testigo y protagonista de muchas luchas de nuestro partido, me tocó fundar colonias, abrir escuelas, ayudar a muchísimas familias a obtener una beca, una casa, un medicamento, un apoyo, algún trabajo, una despensa, etc”
Señala también que cuando llegó el PAN al gobierno a todas las seccionales del partido les cerraron las puertas, y lo peor, a miles de familias les quitaron la despensa y las becas que recibían sus hijos. El único delito de esas madres y de esos niños y jóvenes, fue simpatizar con los colores del Revolucionario Institucional… hasta la próxima.