En una pelea de box, los rivales se tiran con todo. No hay misericordia, se busca acabar al adversario y entre más pronto, mejor. Pero termina el combate, hay un ganador y los dos rivales se dan la mano y se felicitan entre sí.
Hay que voltear la página
-Nuevo Laredo, el proyecto de todos
-La batalla por las regidurías de minoría
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Raúl Hernández Moreno
En una pelea de box, los rivales se tiran con todo. No hay misericordia, se busca acabar al adversario y entre más pronto, mejor. Pero termina el combate, hay un ganador y los dos rivales se dan la mano y se felicitan entre sí.
Así debiera ser en política. Una vez terminadas las elecciones, el ganador y los que quedaron en el camino, debieran darse la mano y trabajar juntos por el mismo proyecto, que es Nuevo Laredo.
La presidenta electa, Carmen Lilia Canturosas ha hecho un llamado a los neolaredenses a dejar atrás las contiendas y trabajar por Nuevo Laredo.
La Coparmex, que en campaña promovió una encuesta que le daba una ventaja de 22 puntos a la candidata del PAN, ya cerró la página y felicitó públicamente a Carmen Lilia. Hizo bien, no debe haber lugar para rencores.
En el pasado hemos tenido gobernantes que al ganar han sido incluyentes. Horacio Garza, en su segundo trienio, dio juego a los regidores del PAN, les permitió promover una campaña contra la “mordida” y les dejó lanzar el programa de vivienda de Reservas Territoriales.
Ramón Garza Barrios alentó la participación de organismos de la sociedad civil que fueron lo que avalaron el crédito con NadBank y Banobras que permitió pavimentar 100 kilómetros de calles.
No hay nada mejor que un gobierno incluyente, en el que haya espacios para los mejor capacitados, sin importar su filiación política.
Por supuesto, el nuevo gobierno tiene que hacer una limpia de todo lo que a su juicio está mal. Y si bien es cierto que Carmen Lilia dijo que se respetarían las plazas de los empleados municipales, esto no aplica para funcionarios de primer, segundo y tercer lugar. Uno que otro se quedará, pero la mayoría van para afuera. Con el agregado, de que pueden ser sentados ante un tribunal judicial para que rindan cuentas de las responsabilidades que tuvieron y tendrán a su cargo hasta el 30 de septiembre. No los va a poder proteger el gobierno del estado, porque el Congreso lo va a controlar Morena.
En fin.
En otro tema, la próxima distribución de las 7 regidurías de representación proporcional que corresponden a Nuevo Laredo, puede convertirse en un dolor de cabeza, para ciertos partidos.
Si la ley se aplica al pie de la letra, de acuerdo con lo que establece el artículo 202 de la Ley Electoral del Estado, 3 regidores serían para el PAN, 3 para el PRI y 1 para el MC.
El citado artículo dice que las regidurías de minoría se repartirán entre los partidos que hayan obtenido más del 1.5 por ciento de la votación y que se determinaran de orden ascendente a descendente. Si en una primera ronda quedan varias regidurías, habrá una segunda ronda y así hasta concluir.
Como el MC apenas rebaso el 1.5 se quedaría con 1 regiduría. De tal manera que la primera regiduría sería para el PAN, la 2 para PRI, 3 MC, 4 PAN, 5 PRI, 6 PAN y 7 PRI. Sería un reparto inequitativo, porque el PAN con 62 mil votos, cada regidor le costaría 22 mil 600 votos, al PRI 3 mil 300 y al MC, 2,500.
Ahora bien, en el 2018 el IETAM distribuyó los regidores de minoría con el anterior criterio: 3 para Morena con 40 mil votos, 1 PRI con 30 mil y 1 para el Verde y dos independientes, cada uno de los últimos tres con menos de 4 mil votos. El PRI protestó ante el Tribunal Estatal Electoral por ese reparto que determinó aplicar la regla de la representación proporcional basada en votos y no en quién rebaso el 1.5 por ciento y reasignó las regidurías dándole 4 a Morena y 3 al PRI.
Creemos que en Nuevo Laredo se va aplicar el mismo criterio, ya sea que lo haga el IETAM, o que el Tribunal Estatal corrija, a petición de PAN que no va a permitir que le escamoten una posición y va por 6 regidurías y el PRI quedaría con 1. Ese es un reparto más justo.