“En la guerra y en el amor todo se vale”, y estará de acuerdo conmigo en que la política es también una guerra. Esta antigua frase es cierta, pero yo agregaría que lo que no se vale en política, hay quien lo hace valer.
LO QUE VIENE
Por Armando Maya Castro: LO QUE VIENE
“En la guerra y en el amor todo se vale”, y estará de acuerdo conmigo en que la política es también una guerra. Esta antigua frase es cierta, pero yo agregaría que lo que no se vale en política, hay quien lo hace valer.
Mi afirmación es a propósito de lo que los ciudadanos de a pie acabamos de ver el pasado 4 de julio. Ese día, los panistas Santiago Creel y Xóchitl Gálvez se registraron como aspirantes a la candidatura presidencial de la oposición. Hicieron lo propio ante el Comité Organizador del Frente Amplio por México Gabriel Quadri y Jorge Luis Preciado,
Gabriel Quadri, quien minimizó el hecho de estar en el registro de violencia política en razón de género, prometió aceptar las reglas. Jorge Luis Preciado, por su parte, previendo lo que puede venir más adelante, señaló que no debe haber “dedazos ni cargar la balanza a favor de ningún aspirante”.
Pero quien dio la nota ese día fue Santiago Creel. El panista pronunció un discurso entre gritos y lágrimas, acompañado de un enérgico reclamo al presidente Andrés Manuel López Obrador por su gestión que acaba de cumplir recientemente cinco años. Aquí sus palabras:
“Quiero toda la energía que tengan, el coraje contra este gobierno. Quiero ese sentimiento que estamos padeciendo todos contra alguien que llegó a pensar que era dueño de México y de nuestras libertades. ¿Cómo se atrevió este desgraciado Presidente?”
El discurso de Creel y las declaraciones de Gálvez en el sentido de que ella llegó donde está por méritos propios, con mucho esfuerzo, y señalando que nadie la puso en ningún lado, son parte de la guerra de declaraciones para ganar la credibilidad que les permita contender como candidatos a la presidencia de la República.
Lo único cierto es que lo que veremos después, cuando las partidos políticos tengan candidatos oficiales para las presidenciales de 2024, será peor que lo que estamos viendo actualmente. Y lo digo porque, conociendo el modus operandi de los políticos de nuestro querido México, es muy probable que veamos situaciones bochornosas que evidencien ante el electorado la falta de mesura y cultura política.
La respuesta del presidente López Obrador al discurso del ex titular de la Segob en la administración de Vicente Fox Quesada no se hizo esperar: “Yo lamento que me culpe a mí Santiago Creel”, dijo, y añadió:
“El caso de Santiago es porque ya se dio cuenta porque ya hubo el dedazo de la oligarquía y me culpa, no es capaz de decir: esto esta mal, por qué esta simulación o son unos ingratos; Fox que trabajé con él, Diego que lo ayudé tanto y ahora me abandonan estos ingratos.”
Creel, en lugar de tomar distancia de los dimes y diretes de los actores sociales y políticos del México de hoy, reaccionó señalando que el enojo no es suyo sino del presidente, “porque la oposición le robó la conversación pública a tus corcholatas que solo despilfarran el dinero”, argumentó.
Insisto, esto es apenas el comienzo de lo que la ciudadanía estará viendo en los próximos meses. Veremos, sin duda, golpes bajos, violencia verbal, guerra sucia y otras linduras que suele sacarse de la manga la “clase” política mexicana.
Twitter: @armayacastro