COLOMBIA 15 de Septiembre del 2023 (RN Noticias) con información de HERALDO DE MÉXICO.- El mundo del arte y la cultura está de luto por la muerte del artista colombiano Fernando Botero. Falleció a los 91 años en su residencia en Mónaco. Las complicaciones de salud sufridas en los últimos días llevaron al pintor a ser internado en un centro médico por una neumonía, pero él prefirió ser trasladado a su hogar para afrontar las dolencias.

El deceso de Botero ocurrió cuatro meses después del fallecimiento de su esposa, la artista griega Sophia Vari, quien murió por complicaciones relacionadas con el cáncer. Según su hija, la partida de Sophia afectó la salud de Botero, quien padecía de Parkinson.

Fernando Botero es reconocido como uno de los artistas más influyentes y admirados de América Latina. Sus obras, tanto pinturas como esculturas monumentales, se exhiben en importantes capitales del mundo. Su estilo abordaba la cotidianidad y la cultura latinoamericana, con sátiras de la sociedad y la política. Su legado artístico deja una huella significativa en la escena artística internacional.

El expresidente Juan Manuel Santos expresó su profundo pesar por la partida de Fernando Botero, uno de los grandes artistas de Colombia y del mundo. Destacó su generosidad hacia su país, su amistad y su compromiso con la paz. El también antioqueño Álvaro Uribe lo recordó como un gran artista que enalteció la cultura y dio buen nombre a la patria.

A lo largo de su carrera, Botero desarrolló un estilo único, caracterizado por figuras exageradamente redondeadas y voluminosas que le otorgaban a su obra una identidad artística inconfundible. Sus exposiciones han atraído a multitudes de personas en América Latina y Europa. Muchas de sus obras han sido adquiridas por coleccionistas a precios millonarios, como su escultura “Hombre a caballo”, vendida por 4.3 millones de dólares en una subasta de la casa Christie’s en Nueva York el año pasado.

El legado de Botero seguirá siendo una fuente de inspiración y admiración en el mundo del arte. Su contribución al arte contemporáneo y su habilidad para capturar la esencia humana se han aprovechado de diversas maneras. En su ciudad natal, un parque enorme con sus esculturas inmortaliza su genio creativo, mientras que en Bogotá el Museo Botero muestra su colección de obras de arte, tanto propias como de otros artistas.

Desde temprana edad, Botero demostró su talento y desarrolló sus habilidades artísticas. Estudió en un colegio jesuita y luego se trasladó a Bogotá, donde se sumergió en los debates estéticos y políticos de la época, y entabló relaciones con artistas e intelectuales de la vanguardia colombiana.

Posteriormente, viajó a Europa para continuar su formación en Madrid, y después pasó por México y Nueva York, enriqueciendo aún más su desarrollo artístico.