CIUDAD VICTORIA a 25 de Mayo del 2022 (RN Noticias) con información de Expreso.- La privada Limón es la última vía al poniente de la colonia La Morena. Y hacía atrás de la única hilera de casas que se extiende sobre el accidentado camino de terracería, sólo se ve cerro y más cerro; elevado, muy elevado.

La treintena de familias sí cuenta con línea de agua potable…pero no con el líquido. Es un verdadero milagro que la pipa de agua suba hasta allá, porque debe tomar en ascenso un tramo empedrado y en curva de unos 20 metros. Un mal cálculo en velocidad o distancia puede volcar el vehículo sobre alguna de las casas de abajo.

La falta de agua “a veces sí nos da lata, porque no es suficiente. Aquí casi ni sale agua, nos llega a gotas. La pipa viene los lunes, nada más una vez a la semana”, denuncia desde su mecedora Laura Elena Flores Coronado, quien tiene su vivienda en la Manzana 3, Lote 14.

-¿Cómo enfrenta esta crisis de falta de agua?
-Con cuatro recipientes. Lavo casi todos los días por lo mismo, para no gastar tanta agua. No tengo lavadora.

Con el agua que nos trae la pipa no nos damos abasto.
La emergencia enseñó a Laura Elena y su familia a reciclar el agua.
“El agua sucia, de la que lavo la ropa, la acumulo para los baños, me ahorro porque a veces estoy muy presionada”.

-¿Compran agua embotellada para beber?
-A veces cuando hay dinero sí, a veces 3, 4 días, dependiendo, porque luego, luego se acaba para tomar.
“Siempre ha venido la pipa, porque no es suficiente aquí el agua”, concluye.

Sentada a su lado, mientras amamanta a su bebita, Emily Montserrat Ugalde Martínez, sobrina de Laura Elena, relata una historia más grave. A su domicilio en la calle Framboyán 363 “el agua potable tarda en llegar hasta 3 o 4 días”.

-¿Viene la pipa?
-¡No! Bueno fuera que pasara la pipa. Se batalla bastante.

Camino abajo de ese laberinto de casas encaramadas entre lomas, vive María de Jesús González Flores, en Framboyán Manzana 30, Lote 233.

Detrás de la reja de su casa, bajo un sol ardiente y mientras dos de sus niños corretean y gritan en el patio, inconscientes de la situación, la mujer cuenta su vía crucis:

“El agua entubada llega cada 3 días. Llega ahora y ya no vuelve hasta dentro de 3 días”.

La escasez de agua la obliga a recurrir a 2 garrafones de agua tan solo para uso en la cocina. “Compro 4 o 5 a la semana de a 16 pesos cada uno”.

Para bañarse la familia y otras necesidades, usan tanques y hasta la tina de la lavadora.

“Tenemos que estar atentos cuando llega el agua para lavar los trastes y tener limpios los baños, porque somos mujeres y podemos pescar más fácil una infección. En un hombre es distinto”, afirma.

Agrega que por su calle no pasa la pipa de agua.

“Para beber, agarramos del garrafón, pero cuando no hay dinero. pues tomamos de la llave. Ya Victoria se enfermó de los bronquios por tomar agua de la llave y mi marido se enfermó del estómago”, remata.

Hacia el otro extremo de la Ciudad, vive Francisa Ceja Ruiz, sobre una calle llamada Educación, a la que debieran cambiar el nombre por el de “Tanque lleno”.

Es en la colonia Vamos Tamaulipas en donde tan solo en una cuadra, cartulinas pegadas en barandales de viviendas suplican al responsable de la pipa: “Por favor llenen el tinaco”.

-Sí tienen agua entubada…
-Sí, pero puro lodo.

-¿Cómo está eso?
-Sí, el agua sale bien revuelta.
“Llega. No todos los días, sólo a ratos y no con mucha presión. La pipa viene 2 veces a la semana martes y viernes”.

-¿Se han enfermado en su familia por la falta de agua?
-A veces diarrea, porque de repente tenemos que tomar del tinaco y pues nos hace daño…simplemente no hay para comprar (embotellada).