Julio 17, 2024

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Por Armando Maya Castro: EL RUMOR DAÑA EL HONOR DE LAS PERSONAS

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El rumor es una práctica que consiste en divulgar información que no le consta a las personas que la difunden, sin que puedan éstas corroborar lo que con ligereza de labios transmiten entre la gente.

EL RUMOR DAÑA EL HONOR DE LAS PERSONAS

Por Armando Maya Castro

El rumor es una práctica que consiste en divulgar información que no le consta a las personas que la difunden, sin que puedan éstas corroborar lo que con ligereza de labios transmiten entre la gente.

“El ruido confuso de voces”, como define al rumor el Diccionario de la Real Academia Española, no es una práctica nueva o de reciente aparición. En el libro “Rumorología: Cómo se difunden las falsedades, por qué las creemos y qué hacer para evitarlas”, el profesor universitario Cass R. Sunstein señala que “los rumores son casi tan antiguos como la historia de la humanidad”.

Añade el citado autor norteamericano que con la aparición del Internet los rumores que perjudican la imagen de personas e instituciones “se han vuelto omnipresentes”. Yo agregaría que con la gran red de redes los rumores han logrado perjudicar la reputación de más personas, porque lo que antes conocían unas cuantas personas, hoy lo puede conocer todo el mundo.

Abonan a la “omnipresencia” del rumor, las redes sociales, desde las que se puede informar pero también desinformar, esto último en perjuicio de las personas y del derecho del público a ser debidamente informado.

La desinformación en redes sociales se debe a que un sinnúmero de usuarios publican contenidos sin tomar en cuenta los criterios éticos que nos permiten discernir si algo es moralmente ético o no. Y no lo hacen porque la inmensa mayoría de los internautas los desconocen.

El rumor cobra mayor gravedad cuando es divulgado por algún medio de comunicación, en los cuales las notas son elaboradas por profesionales que aprendieron en la universidad que, a la hora de investigar y escribir, deben estar presentes en el informante criterios éticos como el respeto a la verdad, la apertura a la investigación de los hechos, el rigor informativo, la contrastación de datos con diversas fuentes, la diferenciación entre opinión e información, así como la honestidad, la imparcialidad y la responsabilidad.

Lamentablemente, muchos de los periodistas que conocen las normas éticas no las respetan. La ausencia de respeto los lleva a difundir “información” proporcionada por una sola fuente y sin la suficiente verificación, en vez de contrastar los datos e informaciones con el propósito de esclarecer los hechos y llegar al fondo de la verdad.

El rumor no es noticia, nunca lo ha sido. Presentarla como tal es faltar a la ética en perjuicio del público, convirtiéndose en un atentado contra la credibilidad de los medios de comunicación, una cualidad que ha sido desatendida por algunos periodistas de un tiempo a la fecha.

Todos los medios de comunicación, independientemente de su poder económico y antigüedad, deben tener códigos de conducta que les permitan crear y difundir información veraz. Estará de acuerdo conmigo que los códigos deontológicos son necesarios, pero serían infructuosos si el periodista y el editor soslayan intencionadamente los criterios éticos de la empresa periodística para la que trabaja.

Me queda bastante claro que la divulgación de rumores e información sin confirmar es importante para algunos medios de comunicación, por el interés que generan en determinado público el escándalo y las noticias falsas. A veces tiene mayor atractivo el rumor que las noticias auténticas, y para algunos el rumor es mucho más rentable.

Rosemary Pritchard definió el rumor en 1943 en los siguientes términos: “es una historia, pasada boca a boca, que pretende ofrecer ciertos hechos o informaciones, pero que, en realidad, no hay otra prueba que un testimonio de oídas”.

A semejanza del pasado, a veces el rumor no necesita redes sociales ni una plataforma mediática para circular entre la gente. Basta la existencia de ese tipo de personas que llevan y traen información que no ha sido corroborada, sin que a estos les importe el daño que ocasionan al honor de las personas.

Twitter: @armayacastro

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