De un tiempo a la fecha, la violencia se ha convertido en un problema preocupante en nuestro querido México. Además de producir miedo en la población, ocasiona pérdidas de diferente tipo, afectando de manera notable a la economía, ya que reduce las oportunidades y ahuyenta a los inversores.
LA VIOLENCIA HOY
Por Armando Maya Castro
De un tiempo a la fecha, la violencia se ha convertido en un problema preocupante en nuestro querido México. Además de producir miedo en la población, ocasiona pérdidas de diferente tipo, afectando de manera notable a la economía, ya que reduce las oportunidades y ahuyenta a los inversores.
Este flagelo de nuestro tiempo no es privativo de México; tiene presencia creciente en varios países del mundo. Mencionaré como ejemplo el caso de Haití para corroborar mi anterior afirmación. Volker Türk, alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos desde el 17 de octubre de 2022, hizo mención en un comunicado de prensa sobre la crítica situación que en materia de violencia se vive en ese país del Caribe:
“Solo en el mes de abril, más de 600 personas murieron en una nueva ola de violencia extrema que golpeó a varios barrios de la capital” (Puerto Príncipe).
El alto comisionado pidió también a la comunidad internacional el despliegue (de) una fuerza de apoyo especializada y respetuosa con los derechos humanos con un plan de acción integral para ayudar a las autoridades del país".
Pero no hay que ir tan lejos para recabar casos de violencia extrema como los antes mencionados. En varios estados de la República Mexicana la violencia está al orden del día. Y no me refiero sólo a la temida violencia desplegada por la delincuencia organizada, sino también a la que se ha instalado en un sinnúmero de hogares mexicanos.
El pasado 24 de marzo, un análisis de la organización México Unido Contra la Delincuencia (MUCD) situó a la Ciudad de México como “la entidad federativa que registró el mayor número de casos de violencia familiar y de género, con 5,941 carpetas abiertas, lo que equivale al 14% del total”.
De ahí los insistentes llamados de las instituciones a detener la extensión de este fenómeno, resultado en muchos de los casos del machismo persistente, que contribuye al menoscabo sistemático de la dignidad e integridad física y mental de las mujeres de diferentes edades.
Nadie niega que de un tiempo a la fecha los tres niveles de gobierno trabajan en la creación de políticas públicas para proteger a las mujeres de la abominable violencia machista.
Contribuyen a este fin los tratados internacionales, la adopción y cumplimiento de las leyes, la creación de planes nacionales y locales de acción, la facilitación del acceso de las mujeres y niñas a la justicia, la lucha contra la impunidad en casos de agresiones contra la mujer y feminicidio, las acciones contra la discriminación de género, etcétera.
Se requiere seguir trabajando más y mejor en la cultura de la denuncia, lo que es elemental para la prevención de los delitos en agravio del género femenino. Y señalo esto último porque un alto
porcentaje de mujeres que sufren algún tipo de violencia no denuncian a sus agresores, fortaleciendo así la impunidad.
La denuncia es importante porque sólo así podremos ser testigos en el futuro inmediato de la anhelada disminución de la violencia de género.
Twitter: @armayacastro