En el curso de las siguientes horas debe definirse a la nueva presidenta del Instituto Nacional Electoral y tres consejeros. Más allá de quienes resulten seleccionados, lo importante es que ya se van el par de canallas de Lorenzo Córdoba y Ciro Murayama.
El INE somos todos
-Hoy se decide a la nueva Presidenta
-Lo importante es que Córdoba y se va
-Eso ayudará a mejorar imagen
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Raúl Hernández Moreno
En el curso de las siguientes horas debe definirse a la nueva presidenta del Instituto Nacional Electoral y tres consejeros. Más allá de quienes resulten seleccionados, lo importante es que ya se van el par de canallas de Lorenzo Córdoba y Ciro Murayama.
Se retiran ambos con una liquidación de más de 9 millones de pesos, y más de 10 para Edmundo Jacobo Medina. Pero ya no van a seguir dañando la imagen del INE que por el momento se queda con la de un organismo al servicio del PRI y del PAN.
La próxima presidenta del INE debe darle una gran sacudida al organismo y actuar con imparcialidad, sin beneficiar al PRI y al PAN, pero tampoco a Morena. Debe ser un árbitro imparcial, que para eso se le paga y se les paga bien.
Córdoba y Murayama se retiran convencidos de que ellos inventaron la democracia y que gracias a ellos hay alternancia en México. Ni lo uno ni lo otros es verdad.
A los dos se les pagaba por sus servicios, no hacían un trabajo voluntario, sin remuneración. El trabajo de organización de una elección nacional implica a millones de participantes.
En las casillas actúan funcionarios escogidos al azar; a sus capacitadores se les paga un sueldo. Los funcionarios de casilla cuidan el voto y al lado de ellos participan miles de representantes de partidos, que reciben capacitación y una gratificación de parte de sus respectivos institutos.
Los candidatos se encargan de motivar a los ciudadanos a que acudan a las urnas. Hay organismos electorales que se encargan de dirimir las diferencias entre candidatos y partidos, y se les paga por ello.
Una elección es resultado del trabajo de millones de personas, no del trabajo exclusivo de Córdoba y Murayama.
Ya sin los sueldos millonarios que recibieron en los últimos 11 años, vamos a ver si este par se sigue presentando como inventores de la democracia.
Vamos a ver, también, si ya sin la representación del INE tienen capacidad para organizar una tercera marcha masiva, como las de noviembre y febrero pasado, que promovieron para defender sus privilegios, no al INE.
Y esperemos, también, que a partir del 4 de abril se quiten las caretas y se vayan a participar de manera directa al PRI o al PAN.
Córdoba sería un prospecto fresco para el bloque opositor en el 2024, pero para su mala suerte, está impedido por ley para ser candidato, pero en cambio sí puede asesorar a alguno de los aspirantes opositores.
Todos están para llorar, incluida la senadora Lilly Téllez, que es la más fuerte. Y si ella es la más fuerte, ¿imagínense como estarán los demás?
El INE son todos los que participan en una elección, con la diferencia de que solo el personal del INE recibe sueldo, todos los demás son voluntarios.