No tengo ni las más remota idea de cuándo y dónde se perpetró el primer caso de discriminación en la historia de la humanidad.
DISCRIMINACIÓN PERSISTENTE
Por Armando Maya Castro
No tengo ni las más remota idea de cuándo y dónde se perpetró el primer caso de discriminación en la historia de la humanidad.
Y digo que no tengo idea porque no creo que haya habido alguien que haya tenido el cuidado de documentar los primeros casos de exclusión, como infinidad de personas los registran de un tiempo a la fecha, principalmente los periodistas y los defensores de derechos humanos, dedicados a investigar e informar sobre estos temas.
También ignoro, como muchos, quiénes fueron las primeras víctimas y qué motivó la discriminación de éstas. ¿Sería la religión, el género o la raza? Nadie lo sabe a ciencia cierta.
Lo que sí sé es que a través de los tiempos este fenómeno de exclusión, que atenta de manera vergonzosa contra la dignidad humana, ha producido persecución, dolor y muerte contra quienes son diferentes en su manera de pensar, creer y ser.
Sabemos, asimismo, que la discriminación tiene un alcance universal, y que a pesar de los intentos por detenerla mediante leyes promulgadas en la mayoría de los países, a cada día surgen en muchas partes del planeta nuevos casos de discriminación por diversas causas.
Encontrar una definición del verbo discriminar es de lo más sencillo. Basta con una consulta breve al Diccionario de la Real Academia Española, para conocer su significado: “Dar trato desigual a una persona o colectividad por motivos raciales, religiosos, políticos, de sexo, de edad, de condición física o mental…”.
Lo difícil es ponerle un hasta aquí a las acciones ilegales del discriminador, y encontrar la forma de evitar la dolorosa repetición de estos comportamientos en agravio de personas o colectivos.
El problema no es que falten leyes para evitar y castigar este tipo de prácticas ilícitas. Lo que falta es que las leyes se apliquen, se observen, y que la sociedad desarrolle una cultura de respeto pleno a la diversidad.
La discriminación de género es el ejemplo que tomaré en mi columna de hoy, esto debido al reciente Día Internacional de la Mujer, el cual se conmemora para crear conciencia sobre la importancia de vizibilizar la desigualdad en agravio de las mujeres, proteger los derechos de éstas, y garantizar que todas ellas alcancen todo su potencial.
Esta discriminación ocurre cuando existe la creencia equivocada de que un sexo está por encima del otro, y que “el sexo superior tiene talentos, derechos y un estatus superior a los del sexo inferior…”, señala un artículo artículo de la web del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE).
Esta discriminación ocasionada por el machismo se denuncia todos los días, en todos los lugares y a través de diversos medios, sin que haya leyes y acciones que logren ponerle fin a este persistente flagelo.
En México las cifras indican que el feminicidio es un problema grave. En 2022 se registraron 948 casos de feminicidio y 969 víctimas en todo México, equivalente a un promedio de 2.6 mujeres asesinadas por día.
Estos números indican que hace falta mucho por hacer para poner fin a este problema de violencia de género, además de constituir un llamado a la acción por parte de todos los sectores de la sociedad, principalmente de las autoridades de gobierno.
Twitter: @armayacastro