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Armando Maya Castro: DISCURSO DE ODIO

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La Organización de las Naciones Unida lo define como un “discurso ofensivo dirigido a un grupo o individuo y que se basa en características inherentes (como son la raza, la religión o el género) y que puede poner en peligro la paz social”.

DISCURSO DE ODIO

Armando Maya Castro

La Organización de las Naciones Unida lo define como un “discurso ofensivo dirigido a un grupo o individuo y que se basa en características inherentes (como son la raza, la religión o el género) y que puede poner en peligro la paz social”.

Y aunque el organismo antes mencionado señala que “no existe una definición universal de discurso de odio de acuerdo con el derecho internacional en materia de derechos humanos”, lo cierto es que de un tiempo a la fecha el discurso de odio se ha multiplicado en redes sociales, lo mismo que la información errónea y la desinformación.

No hay manera de erradicar este discurso de raíz y de golpe debido al argumento de que debe respetarse siempre la libertad de expresión, un derecho humano fundamental, consagrado en el artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos. Sobre este polémico tema, conviene traer a la memoria la opinión de António Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas: “Combatir el discurso de odio no significa limitar o prohibir la libertad de expresión. Se trata de impedir la escalada de dicha incitación al odio hacia algo más peligroso, en particular, instigando a la discriminación, la hostilidad y la violencia, lo cual está prohibido según el derecho internacional" (Mayo, 2019).

Se trata no de una problemática reciente, sino de un problema que ha existido en todos los tiempos, pero sin que en el pasado causara el daño que causa hoy por la capacidad de difusión del Internet.

En el libro titulado “Derecho y nuevas tecnologías. La influencia de Internet en la regulación de los derechos de la personalidad y los retos digitales del ordenamiento jurídico español”, Francisco J. Aranda Serna se refiere en los siguientes términos al tema: “discurso del odio o ‘hate speech’ es una expresión que se utiliza para determinar actividades antijurídicas de muy diversa naturaleza: mensajes xenófobos, la negación del holocausto o la promoción del genocidio de un pueblo son algunos de los ejemplos más representativos”.

El citado autor señala que “este discurso del odio puede transmitirse por cualquier medio de comunicación social, como por ejemplo las redes sociales con la intención de incitar al odio, a los prejuicios y a la violencia”.

Antes de la creación del Internet en 1969, este discurso se transmitía de manera distinta. Nadie olvida, por ejemplo, a aquellos sacerdotes de poblaciones rurales que, en el afán de cuidar la fe de los católicos, azuzaban al pueblo contra evangélicos, comunistas y masones, así como contra todo aquel que en su opinión representara una amenaza para la fe católica.

Este tipo de intolerancia sigue presente en nuestro tiempo, y ocasiona aún dolor entre los miembros de los grupos religiosos minoritarios, sobre todo en diversas localidades rurales de los estados de Chiapas y Oaxaca. Debo aclarar, sin embargo, que la violencia religiosa que hoy por hoy se despliega físicamente contra personas y grupos que no profesan el catolicismo ha disminuido en comparación con los casos intolerantes que se registraron hasta hace unas décadas.

Donde sí se ha incrementado el discurso de odio es en las principales plataformas online, sobre todo en Twitter, la red que permite escribir en tiempo real. Una encuesta reciente de Amnistía Internacional Estados Unidos (AIUSA), GLAAD y Human Rights Campaign (HRC), señala que en la red social de Elon Musk se ha intensificado el hostigamiento a quienes abogan por los derechos LGBTQ+.

En contra de la declaración hecha por el nuevo propietario de Twitter, en el sentido de que el discurso de odio había disminuido en dicha red social, “el Centro para Contrarrestar el Odio Digital y la Liga Antidifamación dijeron en informes que el volumen de discursos de odio en Twitter creció dramáticamente bajo la dirección de Musk”.

Estos estudios dejan en claro la necesidad de multiplicar esfuerzos para asegurar la paz social mediante la disminución de los ataques racistas, antisemitas y homófobos que abundan en esta y otras redes sociales.

Twitter: @armayacastro

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