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Por Armando Maya Castro: CULTURA MAYA

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El reciente descubrimiento de una enorme ciudad maya oculta bajo tierra en la selva tropical de Guatemala, me impulsó a escribir sobre esta fascinante cultura. El hallazgo fue resultado del trabajo de un grupo de científicos del norte del mencionado país centroamericano, para cuyo fin utilizaron rayos láser y otras tecnologías.

CULTURA MAYA

Por Armando Maya Castro

El reciente descubrimiento de una enorme ciudad maya oculta bajo tierra en la selva tropical de Guatemala, me impulsó a escribir sobre esta fascinante cultura. El hallazgo fue resultado del trabajo de un grupo de científicos del norte del mencionado país centroamericano, para cuyo fin utilizaron rayos láser y otras tecnologías.

Lo que ya conocíamos sobre los mayas no es menos importante que este yacimiento maya de 2000 años de antigüedad, escondido bajo suelo guatemalteco. Me refiero a los monumentos y piezas arqueológicas de alto valor cultural, así como las pirámides que se sitúan en los territorios donde se desarrolló con esplendor la cultura maya: Guatemala, Belice y México.

Los mayas fueron un sorprendente pueblo del México antiguo, cuyos orígenes son confusos, es decir, no del todo claros. Algunos historiadores son de la idea de que el surgimiento de esta tribu tuvo lugar por vez primera entre el 7000 y el 2000 a. C. En ese intervalo los cazadores mayas decidieron crear asentamientos más permanentes, dejando de ser nómadas para convertirse en sedentarios.

El historiador David García Hernán apunta que “la historia del pueblo maya es mucho más antigua que la del azteca”, situando “a partir del año 1000, y hasta el 300, ambas fechas antes de Cristo (…) el período de la civilización maya, tal como la encontraron los españoles”.

Pero el legado maya no se limita al aspecto arqueológico. Al hablar de este pueblo es obligado abordar temas como el comercio, la lengua y su cultura, así como la escritura jeroglífica, considerada esta última como uno de sus rasgos más importantes, lo mismo que “la cerámica polícroma, que suele representar figuras antropomórficas”, señala el citado autor en el libro Historia Universal: XXI capítulos fundamentales.

El Calendario Maya, uno de los más sofisticados y precisos sistemas de división del tiempo de la historia de la humanidad, “surgió del desarrollo y auge de la cultura mesoamericana, de la comprensión del funcionamiento de los astros y los estudios matemáticos complejos que caracterizan la cultura maya”, refiere un texto publicado en la web Calendarr.

Este calendario ha sido calificado por diversos autores como uno de los más perfectos de todos los tiempos, superando en precisión astronómica a los demás, más allá de que haya perdurado hasta ahora el calendario gregoriano, introducido en 1582 por el papa Gregorio XIII, en sustitución del calendario juliano, también católico.

A los mayas se les ha reconocido siempre por su arte y arquitectura, pero deben destacarse también sus brillantes aportes astronómicos, científicos y artísticos. Como todos los pueblos de su época, la religión y tradiciones mayas incluían la práctica de sacrificios humanos y de animales, la adoración de cenotes, el juego de la pelota, las ceremonias de Pau Puul, Sac Ha y Xukulem.

Chaac es la deidad maya asociada con la lluvia, el equivalente al Tláloc de los mexicas, y Pitao Cocijo de los Zapotecos. Este dios, representado en los códices mayas con una larga nariz y dos colmillos enrollados que le salen de la boca hacia abajo, era invocado por sus adoradores para atraer la lluvia y lograr buenas cosechas. “Moraba en las cuevas y cenotes, las entradas al inframundo maya, el Xibalba”.

Entre los mayas, Kukulcán, el dios serpiente y señor todopoderoso, era considerado por las creencias religiosas de este pueblo como una de las deidades creadoras. Representaba al dios del viento, la serpiente emplumada, cuya figura se hace visible a lo largo de la escalinata del templo pirámide erigido en su honor en Chichén Itzá, durante los equinoccios de primavera y otoño.

Concluyo mi columna haciendo mención de una de las grandes herencias de este pueblo milenario: el chicle, utilizado por esta civilización para fines medicinales y ceremoniales. Lo usaban “para limpiarse la boca antes de las ceremonias, mitigar la sed en épocas de sequía y aumentar la salivación”, refiere un texto de Miguel Ortega.

En el Día Mundial del Chicle, cuya celebración tiene lugar el 13 de enero de cada año, se recuerda el “sicté ya” (chicle en maya), así como esta importante herencia de los mayas, patentada por William F. Semple, el 28 de diciembre de 1869. Se dice que este dentista buscaba ayudar a que sus clientes mantuvieran sus dientes limpios, sin saber que tiempo después la goma de mascar sería considerada como uno de los productos más perjudiciales para la salud dental.

Twitter: @armayacastro

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