Julio 18, 2024

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Por Armando Maya Castro: ÉTICA INFORMATIVA

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El concepto de inmediatez informativa ha evolucionado desde la aparición de las redes sociales, sobre todo en los últimos 15 años, en que los medios de comunicación masiva, en el afán de no rezagarse, le entraron también al trabajo de informar en el momento en que se están produciendo los acontecimientos, sacrificando en varios de los casos la veracidad informativa.

ÉTICA INFORMATIVA

Por Armando Maya Castro

El concepto de inmediatez informativa ha evolucionado desde la aparición de las redes sociales, sobre todo en los últimos 15 años, en que los medios de comunicación masiva, en el afán de no rezagarse, le entraron también al trabajo de informar en el momento en que se están produciendo los acontecimientos, sacrificando en varios de los casos la veracidad informativa.

Coincido totalmente con las personas que están convencidas de que la inmediatez informativa, sobre todo la que se produce en las famosas redes sociales, está acabando poco a poco con la ética periodística, cuya virtud es encontrar siempre el modo de dar cuenta de la verdad con responsabilidad e independencia.

Por encima del interés en ser los primeros en publicar cualquier “noticia”, se debe privilegiar el respeto a la verdad, algo que en la llamada era digital le importa casi nada a infinidad de usuarios de redes sociales, y muy poco a aquellos periodistas que están más interesados en recibir reconocimientos y premios que en contar la verdad sobre determinado suceso.

Dudo mucho que estos galardones, del prestigio que usted quiera, tengan la virtud de tranquilizar la conciencia de los periodistas que, al informar, le mintieron al público sobre determinada temática.

Nuestro derecho a expresarnos libremente merece respeto absoluto, pero no debe tomarse con ligereza al grado de inventar “informaciones”. Se debe informar sólo lo que es, no más, respetando mediante dicha honestidad la libertad de expresión y el derecho de las audiencias a ser debidamente informadas.

Los expertos en ética periodística han dicho hasta el cansancio que el periodista debe saber identificar con honestidad qué fuente informativa facilita datos e informaciones de manera interesada, buscando afectar la imagen de determinadas personas e instituciones, ya sea por antagonismo, rivalidad, resentimiento u otras razones.

Todos los seres humanos, incluidas las autoridades de gobierno, tenemos la obligación de respetar el trabajo informativo que llevan a cabo las y los periodistas, pero también tenemos el derecho a señalar las inexactitudes de los llamados profesionales de la información, muchas de las cuales se traducen en lamentables actos de discriminación en perjuicio de algunas minorías.

Si el autor de un texto periodístico busca dañar deliberadamente, no estamos ante un buen ser humano. El extinto Javier Darío Restrepo, considerado el padre de la ética periodística, decía: “El buen periodista es, ante todo, una buena persona”.

El citado periodista y escritor colombiano, con una trayectoria brillante de más de 50 años, señaló también: “El periodista no puede considerarse autorizado por razón alguna para atentar contra el derecho que toda persona tiene (incluidos funcionarios) al buen nombre y a la fama”. Como usted bien sabe, hoy por hoy esto le importa muy poco a los periodistas que ponen por encima de la verdad sus intereses personales.

Es deber de todo periodista afrontar al poder con la verdad, nunca con la calumnia. La mentira es inaceptable incluso en los informantes que se dedican a hacer periodismo militante, cuya función principal no es la de enterar al lector de lo que acontece a su alrededor. Su objetivo real es político, religioso o empresarial, en beneficio de personas y grupos en particular.

Aun así, ningún comunicador puede informar a las audiencias prescindiendo de los elementales contrapesos periodísticos y analíticos, ocultándole a sus lectores que lo suyo es periodismo militante. Si las audiencias saben a qué se dedica tal o cual periodista, tendrán a su alcance elementos de juicio para conocer las verdaderas intenciones de quienes hacen dicho periodismo.

Por ello es urgente que los profesionales de la información asuman el compromiso de investigar e informar honestamente sobre aquellas irregularidades que pueden afectar de algún modo a la ciudadanía, buscando servir a ésta antes que a cualquier interés personal o grupal.

Twitter: @armayacastro

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