Julio 18, 2024

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Por Armando Maya Castro: PAREJAS DEL MISMO SEXO

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El matrimonio igualitario vuelve a causar polémica en los estados de la República mexicana que han aprobado recientemente la unión legal entre personas del mismo sexo. Recientemente lo aprobaron los congresos de Tabasco y Guerrero, faltando sólo Tamaulipas, el estado con más amparos interpuestos por parejas integrantes de la comunidad LGTTBI.

PAREJAS DEL MISMO SEXO

Por Armando Maya Castro

El matrimonio igualitario vuelve a causar polémica en los estados de la República mexicana que han aprobado recientemente la unión legal entre personas del mismo sexo. Recientemente lo aprobaron los congresos de Tabasco y Guerrero, faltando sólo Tamaulipas, el estado con más amparos interpuestos por parejas integrantes de la comunidad LGTTBI.

El miércoles 19 de octubre, en Tamaulipas se aprobó en comisiones las reformas que permiten este tipo de matrimonio, generando la reacción del ex diputado local Álvaro Barrientos Barrón, quien arremetió contra los legisladores del PAN que participaron en dicha aprobación, acusándolos de carecer de principios, congruencia e identidad política.

En Tabasco, mientras se discutía una reforma al Código Civil para permitirlo, los grupos religiosos Profamilia del estado ubicado en el sureste de México se manifestaron contra el proyecto legislativo en cuestión. Hubo personas que oraron de rodillas en el acceso principal del Congreso de Tabasco, pidiendo frenar la iniciativa presentada por el diputado José de Jesús Hernández Díaz de Morena.

Antes de continuar con mi opinión sobre la postura de estos grupos, debemos reconocer que la manifestación por este y por cualquier otro tema es un derecho de todos los mexicanos. Sin embargo, es necesario que los grupos que se manifestaron en Tabasco distingan el matrimonio religioso del civil. Haciéndolo se darán cuenta de que el matrimonio religioso es responsabilidad de las iglesias, y les corresponde a éstas preservarlo de acuerdo con la doctrina que profesan. Sin embargo, el matrimonio civil es responsabilidad del Estado, y es éste quien debe legislarlo.

Como usted puede ver, el tema tiene que ver con los principios de laicidad y separación del Estado y las Iglesias, establecidos por los artículos 40 y 130 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, así como por el artículo 3° de la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público, que establece que “el Estado mexicano es laico”. Por su parte, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) resolvió hace algún tiempo que es ilegal impedir la unión civil de personas que no son heterosexuales.

Más allá de las posturas de las personas y grupos religiosos inconformes, tenemos que reconocer que el Estado laico es el único régimen jurídico capaz de proscribir la discriminación, y de obligar a las personas a dejar de estigmatizar a las parejas del mismo sexo. Las iglesias tienen todo el derecho de proponer a la sociedad sus principios doctrinales, pero nunca imponerlos. Su deber es respetar el libre albedrío de cada persona, sin renunciar a su forma de doctrina.

Señalo lo anterior porque, así como las iglesias no pueden definir el matrimonio civil, el Estado tampoco puede intervenir en la definición del matrimonio religioso. La intervención de las asociaciones religiosas en la definición del matrimonio civil constituye no sólo una inadmisible intromisión en los asuntos estatales, sino también una violación a los artículos constitucionales mencionados en el párrafo anterior. Para evitar este tipo de ilegalidades, las iglesias deben respetar el ámbito de acción del Estado, y éste debe respetar el ámbito de acción de las asociaciones religiosas.

Es oportuno recordar que los hechos registrados en la historia de México nos han dejado dolorosas y amargas experiencias cada vez que las iglesias han intervenido en ámbitos que no son de su competencia, por ejemplo, educación laica, separación del Estado y las iglesias, matrimonio civil, entre otros.

Quiero concluir señalando que, en un Estado laico y democrático, los mexicanos podemos caminar y convivir en libertad, creamos en lo que creamos, queramos lo que queramos, siempre y cuando respetemos a nuestros semejantes bajo los principios de igualdad, legalidad, libertad y justicia.

Twitter: @armayacastro

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