Julio 20, 2024

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Tiempo de opinar: Optimismo desbordado

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Luis Enrique “Cacharro” Cantú, dirigente estatal del PAN, se aventó la puntada de asegurar que dos días después de que se oficializó la alianza con el PRI y el PRD, las preferencias electorales crecieron un 11 por ciento, aunque no dio a conocer la empresa que realizó la encuesta, ni aclaró si los entrevistados fueron funcionarios estatales.

Optimismo desbordado

Tiempo de opinar

Raúl Hernández Moreno

Luis Enrique “Cacharro” Cantú, dirigente estatal del PAN, se aventó la puntada de asegurar que dos días después de que se oficializó la alianza con el PRI y el PRD, las preferencias electorales crecieron un 11 por ciento, aunque no dio a conocer la empresa que realizó la encuesta, ni aclaró si los entrevistados fueron funcionarios estatales.

Todo esto nos recuerda algunas encuestas que días antes de las elecciones del 6 de junio se publicaban en la prensa local de Nuevo Laredo y que le otorgaban una enorme ventaja al PAN.

El miércoles 2 de junio, en un ejercicio inédito, Héctor de la Miyar, presidente de Coparmex, anunció que por primera vez en la historia de ese organismo se mandaron hacer encuestas y el PÄN iba arriba con 41 puntos, seguido por Morena, con 33.

En esa misma fecha, último día para hacer proselitismo, un matutino local publicaba los resultados de cuatro encuestas que le daban el triunfo rotundo a Yahleel Abdala. La que más le favorecía era Arias Consultores, con 44.7 y a Morena lo ubicaba con 24.9 por ciento, una ventaja de 20 puntos, equivalentes a 30 mil votos en números fríos.

Massive Caller le daba al PAN un triunfo más discreto: 37.4 y 31.8 de Morena; Demoscopia manejaba números parecidos: 36.4 para el PAN y 28.6 de Morena.

Antes de las elecciones del 6 de junio, en un lapso de 5 días, el PAN movió a más de 22 mil simpatizantes, primero en una reunión con promotores del voto y luego durante el cierre de campaña. Había dinero para mover gente. Ahora los que tienen dinero no quieren gastarlo, porque tomar dinero del erario no duele, en cambio cuando hay que sacarlo del bolsillo, es otra cosa.

Al final, Morena ganó la elección con 1.45 por ciento de ventaja y el PAN quedó tan devastado que denunció fraude, pidió repetir las elecciones y tres meses después de que Morena se hizo cargo del gobierno hay muchísimos panistas convencidos de que en cualquier momento alguna autoridad saldrá a anunciar que se deben repetir las elecciones.

Y así como la mayor parte de las encuestas le daban el triunfo al PAN en Nuevo Laredo, lo mismo decían de Matamoros, Reynosa, Victoria, Madero, Altamira. La soberbia cegó al PAN y sus simpatizantes y se negaron a ver lo que los ciudadanos veían: un enorme disgusto contra gobiernos municipales y el estatal.

Hace un año, cuando al Cacharro se le preguntaba si habría alianza con el PRI y el PRD decía que el PAN iba a arrasar en las elecciones yendo solo, que era impensable ir junto a los bandidos del PRI y del PRD no valía la pena hablar, porque no representaba nada.

Con los antecedentes de lo que pensaba el Cacharro hace un año y lo que decían las encuestas días antes de la elección del 6 de junio, ¿quién le puede creer al Cacharro cuando afirma que las preferencias de la coalición crecieron un 11 por ciento en dos días? A ese ritmo en un par de semanas, la coalición tendrá preferencias del 120 por ciento y las de Morena serán de -40.

Pero las elecciones no se ganan con lengua, sino con votos.

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