Cuando los números no favorecen a los aspirantes a cargos de elección popular pueden suceder varias cosas. En esta columna me referiré a dos de ellas en específico, aunque creo que puede haber más.
VICTIMIZACIÓN EN POLÍTICA
Por Armando Maya Castro
Cuando los números no favorecen a los aspirantes a cargos de elección popular pueden suceder varias cosas. En esta columna me referiré a dos de ellas en específico, aunque creo que puede haber más.
La primera, y creo que es la que los seguidores de Xóchitl Gálvez anhelan, es evitar el desgaste que le produce el enfrentamiento diario con el presidente, el cual goza de una buena aprobación en su gestión. Es ella quien debe de analizar la conveniencia de seguir o no los consejos de figuras como Jorge Castañeda, quien, no sé por qué, le recomienda hacer la guerra sucia y emplear chismes para subir en las encuestas.
La segunda es la victimización. Afirmar que pelea contra dos, refiriéndose a AMLO y Claudia Sheinbaum, no creo que le ayude mucho en sus aspiraciones políticas.
Esto último se percibe como un mecanismo de defensa y como una forma de justificar los números que no le favorecen, lo que le da en cierto modo la razón a las encuestadoras que la colocan en segundo lugar.
¿Qué pretende la candidata de la oposición al victimizarse como lo acaba de hacer este domingo en Monterrey? ¿Busca acaso convencer a la ciudadanía de que lucha sola contra todo el aparato en el poder? Si el objetivo es atraer la atención del electorado, pienso que la candidata de la oposición equivoca su estrategia, como en el pasado la han equivocado otros políticos.
Entiendo que la victimización no es exclusiva de la presente campaña electoral, ni de determinados candidatos. Los demás políticos también se victimizan cuando conviene a sus intereses. Díaz-Albertini -para quien la politización “resulta de crucial importancia para los líderes, sus seguidores y simpatizantes en la actualidad”- señala que “el nivel de victimismo se da por igual no importando posición ideológica, militancia partidaria, intención de voto o variables sociodemográficas”.
¿Es válida la victimización en política? Sí lo es, porque en la guerra y en el amor todo se vale. Admito que es válido y que algunos asesores la recomiendan, pero también sé que dicha conducta como estrategia de campaña puede enviar al público un mensaje de debilidad y generar rechazo, en vez de aceptación, que es lo que debe interesarle a la candidata del Frente Amplio Por México.