Julio 16, 2024

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Por Armando Maya Castro: EL COSTO DE LA VERDAD

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La verdad nunca ha tenido tan buena aceptación entre los hombres como la mentira. Los judíos del siglo I aceptaban sin reparo la mentira que fluía de los líderes religiosos que basaban sus enseñanzas en tradiciones de los hombres, “y a mí, porque digo la verdad, no me creéis”, les dijo Jesús de Nazaret (Juan 8:45).

EL COSTO DE LA VERDAD

Por Armando Maya Castro

La verdad nunca ha tenido tan buena aceptación entre los hombres como la mentira. Los judíos del siglo I aceptaban sin reparo la mentira que fluía de los líderes religiosos que basaban sus enseñanzas en tradiciones de los hombres, “y a mí, porque digo la verdad, no me creéis”, les dijo Jesús de Nazaret (Juan 8:45).

El Hijo de Dios no usó nunca lisonjas, ni endulzó el oído de las multitudes, como algunas personas probablemente querían; su único interés era la difusión de la verdad, aunque esta no tuviera cabida en el corazón de sus detractores.

Por decir la verdad, los apóstoles primitivos fueron calumniados y perseguidos; muchos de ellos llegaron a sufrir el martirio por causa de su misión. El apóstol Pablo preguntó en cierta ocasión a los gálatas: “¿Me he hecho, pues, vuestro enemigo, por deciros la verdad?” (Gálatas 4:16).

Pablo no procuró nunca el favor de los hombres, sino el de Dios; no buscó agradar a la sociedad de su tiempo, “pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo”, dijo también a la Iglesia mencionada en el párrafo anterior (Gálatas 1:10).

La consecuencia inmediata de hablar la verdad es convertirse en enemigos de quienes no aman la verdad, sino que se complacen en la mentira.

Platón, el filósofo griego, decía: “No hay hombre más odiado que aquel que dice la verdad”.

Por su parte, Mahatma Gandhi decía respecto al tema: “Mucha gente, especialmente la ignorante, desea castigarte por decir la verdad, por ser correcto, por ser tú. Nunca te disculpes por ser correcto, o por estar años por delante de tu tiempo. Si estás en lo cierto y lo sabes, que hable tu razón. Incluso si eres una minoría de uno solo, la verdad sigue siendo la verdad”.

Recuerda siempre las palabras del Señor Jesús: “Dios bendice a los que son perseguidos por hacer lo correcto, porque el reino del cielo les pertenece. Dios los bendice a ustedes cuando la gente les hace burla y los persigue y miente acerca de ustedes y dice toda clase de cosas malas en su contra porque son mis seguidores.

¡Alégrense! ¡Estén contentos, porque les espera una gran recompensa en el cielo! Y recuerden que a los antiguos profetas los persiguieron de la misma manera” (Mateo 5:10-12. Biblia, NTV).

La Biblia contiene innumerables ejemplos de profetas que fueron perseguidos, castigados y asesinados por decir la verdad. Nótese el contraste entre los enviados de Dios de los tiempos bíblicos y algunos predicadores de hoy, a muchos de los cuales les interesa más el elogio que se logra cuando se le dice a la gente lo que quiere oír, no lo que debe oír.

Cristo y sus apóstoles prefirieron soportar el martirio y, en algunos casos, la persecución y la cárcel. Al final, quedaron satisfechos de haber terminado sus vidas diciendo la verdad. Y es que, hoy como ayer, “¡la verdad os hará libres!”

X: @armayacastro

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