Julio 16, 2024

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Por Armando Maya Castro: ANHELO DE PAZ

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A la humanidad no le gusta la guerra, nunca le ha gustado; ama la paz, en todo tiempo ha aspirado a ella. No es amante del dolor que producen los conflictos armados, en los cuales hay destrucción, derramamiento de sangre y pérdidas de vidas inocentes.

ANHELO DE PAZ

Por Armando Maya Castro

A la humanidad no le gusta la guerra, nunca le ha gustado; ama la paz, en todo tiempo ha aspirado a ella. No es amante del dolor que producen los conflictos armados, en los cuales hay destrucción, derramamiento de sangre y pérdidas de vidas inocentes.

Los seres humanos no ganan absolutamente nada con la guerra; muy a menudo lo pierden todo: seguridad, casas, trabajo, familiares, amigos, conocidos. A veces se pierden edificios históricos, monumentos y templos, así como comunidades enteras. Lo único que deja la guerra es desastre, víctimas, resentimiento, enfermedades mentales como depresión, ansiedad, estrés post traumático...

Insisto, no hay ganadores nunca, solo perdedores y sobrevivientes marcados por la violencia. Tienen pérdidas lamentables e irreparables Incluso los que se jactan de haber triunfado. Pierden hijos, esposas, padres, bienes muebles e inmuebles. La guerra es el peor flagelo que puede ocurrirle a los seres humanos.

Lo peor de todo es que a veces se pierde la sensibilidad, la voluntad, el diálogo y la negociación. Aún sabiendo que se pierde muchísimo, algunos prefieren apostarle a la sinrazón de la guerra, sea ésta mundial, civil, comercial, bacteriológica o del tipo que sea, incluidas por supuesto las guerras religiosas. Todas son un error y un horror, nada las justifica.

En algunos conflictos se pierde también la capacidad para encontrar soluciones duraderas de paz, que den garantía de seguridad a quienes viven en las regiones donde se desarrolla el conflicto, así como a los desplazados y refugiados que resultan de una guerra.

En algunos de los casos la situación se complica cuando se producen posturas que ofenden a alguna de las partes en conflicto; posturas de gobernantes, políticos, deportistas, artistas… Para los gobernantes de cualquier país del mundo es difícil fijar una postura, pues se corre el riesgo de quedar mal con alguna de las partes en conflicto. Un

ejemplo de ello fueron las fuertes críticas de la embajadora de Israel en México, Kranz Neiger, contra el presidente Andrés Manuel López Obrador, por no condenar el ataque mortífero del grupo de Hamás contra varias poblaciones israelíes, el pasado sábado 7 de octubre.

“Las palabras de esta mañana del presidente, con todo respeto al presidente, nos parece que están un poco fuera de lugar (...). Estuvo diciendo que México no quiere tomar parte, que México no quiere tomar un lado, y no tomar un lado en este caso es apoyar al terrorismo”, acusó la diplomática israelí.

Ante tal reclamo de la diplomática de Israel, quien tomó la primera postura de AMLO como una especie de apoyo al terrorismo, el presidente de México señaló: “No queremos la guerra, estamos a favor de la paz”. El jefe del Ejecutivo Federal invocó en su respuesta el artículo 89 constitucional que establece el principio bajo el cual se conduce la política exterior de México: la no intervención y la libre autodeterminación de los pueblos.

Jesús Gil Benítez, en su obra “Nueva revolución social” señala que “no justifica una guerra la supuesta paz, ni ningún argumento económico o comercial, ni estratégico, ni social, ni siquiera territorial”.

¡Cuánto sufrimiento han generado las guerras a través de los tiempos! ¡Cuánta sangre derramada! Así ha sido desde la primera guerra documentada de la historia, la cual, de acuerdo con Manuel Molina de National Geographic, tuvo lugar hace 4 mil 500 años, con un enfrentamiento entre las ciudades sumerias de Lagash y Umma, con una duración de más de un siglo.

Ante la crueldad de toda guerra, por los motivos que usted quiera, lo único que queda es esperar que las Naciones Unidas sigan trabajando en pro de la paz, recordando el propósito de su creación: “salvar a las generaciones futuras del azote de la guerra.” Sin embargo, es importante reconocer que este organismo no podrá por sí sólo lograr el anhelo de paz de millones de seres humanos. Se necesita la cooperación e involucramiento de la comunidad internacional y de todos los seres humanos.

X: @armayacastro

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