Acaba de pasar la celebración del Día Internacional del Libro, establecido por la Conferencia General de la Unesco en 1995, con el propósito de fomentar la lectura, la industria editorial y la protección de la propiedad intelectual por medio del derecho de autor.
DIFUSIÓN DE LA LECTURA
Por Armando Maya Castro
Acaba de pasar la celebración del Día Internacional del Libro, establecido por la Conferencia General de la Unesco en 1995, con el propósito de fomentar la lectura, la industria editorial y la protección de la propiedad intelectual por medio del derecho de autor.
Se escogió el 23 de abril como fecha de celebración por coincidir con los aniversarios luctuosos de tres grandes de las letras: Miguel de Cervantes Saavedra fallecido el 22 de abril de 1616; William Shakespeare e Inca Garcilaso de la Vega, quienes dejaron de existir el 23 de abril de 1616. Respecto a Garcilaso de la Vega, conviene señalar que “diversos historiadores apuntan que no se puede saber la fecha exacta de su muerte”, refiere una nota de redacción del medio digital español 20 Minutos.
La situación de México en materia de lectura de libros es altamente preocupante. El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) dio a conocer recientemente los resultados del Módulo sobre Lectura (MOLEC) 2023, dando a conocer a la opinión pública el comportamiento lector entre los mexicanos en los últimos doce meses.
De acuerdo con datos de este órgano constitucional autónomo, en el último año la lectura de libros entre los mexicanos tuvo una disminución a 3.4 ejemplares leídos en promedio. Otro dato a considerar proporcionado por el INEGI señala que la población lectora en el país, en el mismo lapso, representa sólo el 68.5 %, lo que muestra que el hábito de lectura entre la población cayó en 12.3% respecto a 2016, cuando la población lectora en México representaba el 80.8% de la muestra.
La anterior información es importante, como también lo es saber qué tanta difusión se le da en México a la lectura de libros. Las acciones en este particular son diversas, aunque no se asemejan a lo que hacen en la materia otros países.
Lectupedia, una página web especializada en educación, coloca a Francia como el país que más lectores tiene. En ese país europeo, el 54% de las franceses afirma leer todos los días. Los franceses son amantes de aislarse en la naturaleza para disfrutar de un buen libro, ya sea en un jardín o en la ribera de un lago o río.
Australia es otro de los países cuyos habitantes leen mucho: un 91.70% de su población es lectora, seguido de cerca por Nueva Zelanda, otro país de Oceanía, con 86 por ciento.
Hábitos de medios, un estudio elaborado por la agencia NOP World, coloca a Tailandia, China y Filipinas entre los países con más lectores y, consecuentemente, con un alto nivel educativo.
En el caso específico de México, aunque hemos mejorado en los últimos años, tenemos que lamentar el desinterés de algunos sectores de la población por la lectura, así como la escasa difusión de la lectura. Esta apatía es muy probablemente la razón por la que nuestro país ocupa el lugar 24 de los países que más leen, registrando 5.5 horas de lectura a la semana, esto según un estudio elaborado por “Hábitos de la lectura” de la UNESCO.
Sociedad y gobierno tenemos que multiplicar esfuerzos para colocar a México en un mejor lugar en materia de lectura. Tengamos presente que los libros son un recurso imprescindible para el proceso formativo.