En un encuentro con periodistas, el gobernador Américo Villarreal Anaya los exhortó a ejercer el periodismo con libertad y sin riesgos. La reunión fue en el marco de Día del Periodista y el mandatario destacó que el ejercicio periodístico debe hacerse en condiciones de respeto, de tolerancia a las diferencias y sin persecuciones.
Periodismo con libertad: Américo
-Carmen Lilia respetuosa de la libertad de expresión
-Cuando era candidata fue víctima de una campaña canalla
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Raúl Hernández Moreno
En un encuentro con periodistas, el gobernador Américo Villarreal Anaya los exhortó a ejercer el periodismo con libertad y sin riesgos. La reunión fue en el marco de Día del Periodista y el mandatario destacó que el ejercicio periodístico debe hacerse en condiciones de respeto, de tolerancia a las diferencias y sin persecuciones.
A su vez, aquí en Nuevo Laredo, la presidenta Carmen Lilia Canturosas encabezó un desayuno con decenas de comunicadores, ante los cuales reiteró su respeto y reconocimiento a su trabajo. Fue un encuentro muy concurrido, con rifa de regalos incluida y los asistentes quedaron satisfechos.
Carmen Lilia ha sido muy respetuosa con los medios. Durante la búsqueda de la alcaldía fue víctima de una campaña canalla promovida por muchos medios y siempre se mantuvo a la altura, sin responder a los ataques, muchos infundados, surgidos en el afán de quedar bien con el partido en el gobierno.
Hubo quien en plena elección tuvo el cinismo de subir a las redes una foto con el dedo impregnado de tinta y la leyenda “Ya vote”, para lo cual se apoyo en el logo de la entonces candidata del PAN, Yahleel Abdala. Y así podríamos citar muchísimos ejemplos de ese proceso electoral que exhibió la parcialidad de la mayor parte de los medios de comunicación, porque querían quedar bien con el poder. Se les olvido la imparcialidad y la objetividad.
Hay quienes pretenden olvidar esa campaña canalla, pero la historia no se borra fácilmente.
Ya como alcaldesa Carmen Lilia ha continuado con su línea de respeto frente a las empresas periodísticas y los periodistas independientes, para los que siempre ha estado accesible para informar sobre las actividades del gobierno municipal.
Ejercer el periodismo en México se ha convertido en una profesión de alto riesgo. Del 2000 a la fecha han sido asesinados 162 periodistas, 42 de ellos en lo que van del sexenio del Presidente Andrés Manuel López Obrador. No solo son altas las cifras, lo peor es que rara vez los crímenes se esclarecen y menos se castiga a los responsables.
El 29 de junio de 2022, en Ciudad Victoria fue asesinado el periodista Antonio de la Cruz. El caso lo atrajo la Fiscalía General de Justicia y de poco sirvió: la investigación está empantanada y todo hace indicar que así seguirá por toda la eternidad.
La impunidad envalentona a quienes buscan resolver con la violencia sus diferencias con periodistas. Están convencidos de que nadie va a investigar, que no habrá consecuencias si se les pasa uno poco la mano al castigar a quién los exhibió.
El día que los crímenes contra periodistas se investiguen y se castiguen, los casos van a disminuir considerablemente. Hay que combatir la impunidad, debiera hacerse, pero no se hará. Ni modo, nos tocó vivir en un país surrealista y hay que enfrentar los riesgos.
Las nuevas generaciones de periodistas deben aprender que ante un ataque, casi nadie va a levantar la voz para defenderlos y encima los van a criminalizar, porque es más fácil decir que los atacaron porque se lo ganaron, que investigar y esclarecer la verdad.
Por supuesto, no todos los periodistas se enfrentan a los mismos riesgos en el ejercicio de su trabajo. Estos aumentan en la medida en que se tocan los intereses de los poderosos, pero en un estado de derecho, no debería haber riesgos ni para los que practican un periodismo crítico y menos para los dedicados al periodismo rosa, al periodismo zalamero.
En fin, con todo y los riesgos de esta profesión, la vida tiene que continuar. A esto nos dedicamos y cada día hay que intentar hacerlo mejor, porque en el periodismo nunca se termina de aprender.