El gobernador electo Américo Villarreal Anaya y los diputados de Morena presentaron recursos jurídicos ante el Tribunal Electoral para echar abajo las reformas legales aprobadas por el PÄN y con las cuales buscan acotar su gobierno y que Francisco García Cabeza de Vaca controle Tamaulipas después del 1 de octubre, a través del Congreso, la Fiscalía General de Justicia, la Auditoría Superior del Estado y los GOPES.
Con Echeverría inició la tragedia de México
-52 años y sumando
-Américo y Morena, combaten reformas panistas
-Priistas quieren que se vaya Alito
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Raúl Hernández Moreno
El gobernador electo Américo Villarreal Anaya y los diputados de Morena presentaron recursos jurídicos ante el Tribunal Electoral para echar abajo las reformas legales aprobadas por el PÄN y con las cuales buscan acotar su gobierno y que Francisco García Cabeza de Vaca controle Tamaulipas después del 1 de octubre, a través del Congreso, la Fiscalía General de Justicia, la Auditoría Superior del Estado y los GOPES.
Al mismo tiempo que se presentaron los recursos, Santiago Nieto anunció a través de un tuit, se llegada a Tamaulipas para encabezar a un grupo de especialistas para revertir las reformas chapuceras.
Es una batalla que puede ser larga, pero al final Morena se va a imponer, porque la bancada panista actúo como si la federación y la Constitución no existieran y como si Tamaulipas estuviese escriturado a nombre de Cabeza de Vaca.
En medio de todo esto, de risa loca fue el acuerdo de la Fiscalía General de Justicia que determinó que la diputada Leticia Vargas no sufrió lesiones el 31 de julio, al romperse una urna de vidrio que jalaban las diputadas Imelda Sanmiguel y Magaly Deándar.
Félix Moyo García y sus borregos del PAN, pedían la pena máxima contra Deándar acusándola de que al romperse la urna un vidrio se alojó cerca del ojo de Vargas, pero resulta que no hubo lesión y que además Deándar y Sanmiguel fueron corresponsables del accidente. Ambas deberían ser quemadas en leña verde, por rijosas y arguenderas, y no solo la morenista.
El Moyo quedó a disgusto por la decisión de la Fiscalía, pero ni por asomo se le ocurrió pedir la renuncia de Irving Barrios, porque le tiene miedo, pero además El Moyo y el PAN se exhibieron como lo que son: unos payasos.
En otro tema, con Luis Echeverría inició la tragedia de México, no solo por su guerra sucia, también por su megalomanía y porque llevó al país al desastre económico y 52 años después seguimos empantanados.
Echeverría es el verdadero responsable de haber ordenado la matanza del 2 de octubre de 1968 y lo confirmó menos de tres años después al ordenar la matanza del 10 de junio de 1971.
Nunca pudo quitarse el estigma de asesino y de ser el responsable de ambos sucesos, con todo y que Gustavo Díaz Ordaz asumió la responsabilidad del 68 y le echó la culpa a Alfonso Domínguez de lo del 71. Cuando se registraba la matanza del Jueves de Corpus, Echeverría estaba reunido con el pintor José Clemente Orozco y la esposa de este. Creyó tener la coartada perfecta, pero no fue así.
Y si como si matar estudiantes fuese poco, fue un genocida que autorizó el exterminio de la guerrilla.
Ninguno de los 29 grupos guerrilleros que surgieron en la década de los setentas representó un riesgo para la seguridad del país, pero Echeverría y la DFS lo utilizaron de pretexto para dejar muy claro quién mandaba en el país.
Ordenó asesinar a los guerrilleros y sus familias, pero eso sí, alabó las dictaduras socialistas de Cuba, China y la URSS. Apoyo la guerrilla en el exterior, pero no en su propio país. Candil de la calle y oscuridad de su casa.
En lo económico, Echeverría recibió una economía que de 1958 a 1970 creció al 7 por ciento anual y al dejar el poder, devaluó el peso de 12.50 a 22 y dejó la inflación en 27 por ciento, cuando la recibió en 4.69.
En su poder desmedido, Echeverría hizo modificar la constitución de Sonora para reducir la edad para acceder a la gubernatura, de 35 a 30 años, con lo cual su amigo y protegido Carlos Armando Briebich fue electo en 1973, para que dos años después fuese destituido por “chismes”.
Con Echeverría la economía se estancó y 52 años seguimos igual.
Echeverría, al igual que sus antecesores, utilizó el poder para convertir a los medios de comunicación en sus cómplices, a cambio de jugosos contratos de publicidad.
A los críticos incómodos los aplastó, como a Excélsior contra quien primero ordenó un boicot publicitario en el que participaron los empresarios y luego quitó de la dirección a Julio Scherer y lo suplió por Regino Díaz Redondo.
Echeverría eludió la justicia, pero no el juicio de la historia, donde se le condenó por lo que era: un genocida.
Finalmente, Electoralia dio a conocer una encuesta en la que establece que el 61 por ciento de los priistas considera que Alejandro Morena debe dejar la dirigencia nacional del PRI; el 77 por ciento opina que es corrupto; y el 45 por ciento dice que ya no debe haber alianzas con el PAN, mientras que el 38 por ciento está de acuerdo.