Recién estalló la guerra de independencia en México, la iglesia católica se lanzó como perro rabioso contra Miguel Hidalgo. Lo excomulgaron, la inquisición lo persiguió y la Universidad de México –controlada por el clero- negó que Hidalgo fuese doctor, posición que él nunca se atribuyó y que además nunca necesito: era un hombre con una inteligencia y cultura superior a la de los doctores.
En campaña, prometer es lo normal
-Ricardo Flores obtiene doctorado
-Sistema de salud en Tamaulipas, colapsado
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Raúl Hernández Moreno
Recién estalló la guerra de independencia en México, la iglesia católica se lanzó como perro rabioso contra Miguel Hidalgo. Lo excomulgaron, la inquisición lo persiguió y la Universidad de México –controlada por el clero- negó que Hidalgo fuese doctor, posición que él nunca se atribuyó y que además nunca necesito: era un hombre con una inteligencia y cultura superior a la de los doctores.
Aristóteles tampoco fue doctor, porque en su época no existía la educación formal, pero en vida era uno de los hombres más sabios en la tierra. Y aún hoy, a 2,400 años de su muerte, lo sigue siendo.
Juan Miguel de Mora Varquizo, en cambio, acumuló en su vida cinco doctorados formales y seis Honoris Causa. Periodista y escritor de más de 70 libros, también era traductor del sanscrito.
Eduardo de Río, mejor conocido como Rius, escribió más de 140 libros, con el formato de historieta. Era hombre sencillísimo, autodidacta y en vida le ofrecieron varios doctorados Honoris Causa, que siempre rechazo, porque decía no merecerlos.
Siempre me ha asombrado la gran capacidad de ese historiador nacido en Francia y nacionalizado mexicano, Jean Meyer que vino a México a hacer su doctorado en historia con el tema de La Cristiada. La obra, en tres tomos y más de 1,100 páginas, a 49 años de su publicación, sigue siendo la mejor en su género y fundamental para conocer ese capítulo de la historia. Hasta antes de La Cristiada este era un tema poco conocido en México, porque el gobierno se ocupo en mantener oculta esta guerra civil que dejó miles de muertos.
Igual de brillante que La Cristiada de Meyer, lo es el “Zapata y la revolución mexicana”, de John Womack Jr., el mejor biógrafo del caudillo del sur que nos lo pinto de carne y hueso, no el ídolo de bronce de los libros de historia oficiales. El libro fue su tesis para obtener su doctorado en historia por la Universidad de Harvard.
Sirvan estas breves reflexiones, escritas con respeto, para felicitar a nuestro colega y amigo Ricardo Flores por haber obtenido su doctorado en educación por parte del ICEST, A.C. Desde hace tiempo Ricardo combina el oficio periodístico con la cátedra y este doctorado es el resultado de su responsabilidad por ser un mejor maestro de las nuevas generaciones. Sus alumnos serán los más beneficiados con este interés en capacitarse mejor. Es también un elemento para la dignificación del periodismo,
En otro tema, ¿Le creemos al PAN y César Verástegui que prometen entregar tres mil pesos a madres solteras? Qué no se olvide que el PAN se negó a aplazar el emplacamiento para el 2024 y tampoco autorizó que las licencias de conducir no pierdan vigencia.
Estamos en campaña y prometer no empobrece.
Con sarcasmo, el ex diputado Everardo Quiroz comentó que entre las ofertas de campaña del candidato panista solo falta que incluya paquetes vacacionales y una dotación de aguacate a cada familia.
Mientras tanto, desde Ciudad Victoria, Américo Villarreal denunció que el gobierno del estado incurrió en un subejercicio de 1,200 millones de pesos en los años 2020 y 2021 en materia de salud y hay otros 100 millones de pesos que no ha justificado.
El abanderado de la coalición Morena-PT-Verde convocó a los tamaulipecos a rescatar el sistema de Salud en Tamaulipas y dijo que este tipo de gobiernos no deben seguir.
Además, se comprometió a que habrá una inversión histórica en el ramo.
Los tamaulipecos reclaman un sistema de salud en el que haya atención médica para todos y que no a repartan culpas ante los problemas, sino que estos se resuelvan.