El gobernador Francisco García Cabeza publicó este día el presupuesto de egresos del gobierno del estado para el 2022, dejando sin efecto las modificaciones que le realizó el Congreso al documento original.
Gobernador derrota al Congreso
-A prueba, urnas electrónicas
-Misterio en la salida de Uvalle
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Raúl Hernández Moreno
El gobernador Francisco García Cabeza publicó este día el presupuesto de egresos del gobierno del estado para el 2022, dejando sin efecto las modificaciones que le realizó el Congreso al documento original.
A raíz de estos cambios, el gobernador veto el decreto del Congreso y la fracción de Morena lo declaró no presentado, la semana pasada.
El presupuesto del 2022 es por 65 mil 89 millones 914 mil pesos.
Entre las modificaciones esta el aplazamiento de nuevas placas hasta el 2024.
Con la publicación, ahora el Congreso podría recurrir a una controversia constitucional para que sea la Suprema Corte de Justicia de la Nación la que determine quién tiene la razón.
Este día el gobernador defendió su propuesta presupuestal original y dijo que Tamaulipas no podía quedarse sin presupuesto.
En realidad, Morena no eliminó el presupuesto, lo modificó.
En medio de todo esto, se dio a conocer que en las elecciones de junio, el INE utilizará urnas electrónicas en Aguascalientes y Tamaulipas, para ver cómo funcionan y la conveniencia de usarlas en el futuro.
En ambas entidades se van a instalar hasta 50 urnas, adelantó el consejero José Roberto Ruiz.
Estas urnas ya se probaron en Coahuila y son una chulada, por lo que se ve en Estados Unidos, pero México es otra cosa.
Mientras tanto, es todo un misterio las razones de la remoción del profesor Aurelio Uvalle Gallardo como jefe del Centro Regional de Desarrollo Educativo, quien trabajo de manera cordial con tres administraciones panistas, durante los últimos 8 años, a pesar de sus orígenes priistas.
Para Uvalle debe haber sido desastroso enterarse de su remoción y que además lo sustituya un personaje con escasas credenciales magisteriales.
Desde el CREDE Uvalle atendía dos frentes: el administrativo, que debería ser el único, y el político. En el aspecto administrativo fue un excelente apagafuegos, atendiendo y resolviendo cualquier problema generado en las escuelas. Y por lo que respecta al político, en el 2016 llegó a mencionarse que desde el CREDE le daría al PAN más de 50 mil votos, gracias a la confianza de maestros, empleados administrativos y de los propios padres de familia. Eran números de locura, porque el magisterio nunca de los nuncas ha controlado a los padres de familia.
Si Uvalle le ayudó al PAN en el 2016, el 2018 y en el 2019, las victorias contribuyeron a generar esa percepción. En cambio la derrota del 2021 se prestó para revisar su papel en la elección. Uvalle ya no le sirve al PAN y por eso lo sustituyen por Miguel Jáuregui, que llega con la bendición el ex alcalde Enrique Rivas Cuéllar, pero con el rechazo de los principales líderes magisteriales. Se equivocan los que piensan que por estar al frente del CREDE controlara a los maestros. Para eso hace falta algo más que un nombramiento. Además va a estar confrontado con el gobierno municipal. Técnicamente Jáuregui estará solo ocho meses y con la ventaja de que las clases son en línea, por lo que pocos problemas se van a presentar en las escuelas, por no decir que ninguno.
En la elección del año anterior, en el PAN hubo personajes y grupos que corrieron la versión de que operaban miles de afiliados y de votos. A los 50 mil del magisterio, súmele 40 mil de Rosalía Zaldívar, 30 mil del Sindicato de Maquiladoras, 40 mil de Bienestar Social Municipal, 21 mil del comercio informal, 5 mil de Líderes Unidos. La locura total, que además no se reflejo en las urnas. Pero esa es otra historia.