El tiempo ha confirmado que Fernando Castillo cometió dos errores. Primero aceptar la dirigencia del PRI y segundo, consentir que le tomara la protesta el ex presidente José Manuel Suárez López, simpatizante panista por lo menos en los últimos siete años.
Disgustos en el PRI
-No hay dinero y los militantes se van
-Detectan 113 aviadores que dejó Cabeza
-Partido Verde promueve donación de sangre
Tiempo de opinar
Raúl Hernández Moreno
El tiempo ha confirmado que Fernando Castillo cometió dos errores. Primero aceptar la dirigencia del PRI y segundo, consentir que le tomara la protesta el ex presidente José Manuel Suárez López, simpatizante panista por lo menos en los últimos siete años.
No es lo mismo ser dirigente del PRI, teniendo como gobernador y presidente de la república a militantes del mismo partido, y por ende tener acceso al erario público, que serlo teniendo en contra al presidente municipal, gobernador y presidente de la república, sin acceso al erario. No hay forma de sacarlo adelante.
Pero además, no hay manera de que el PRI se refaccione con la iniciativa privada. Esta le va a apostar a quién tiene posibilidades de ganar y el PRI en este momento trae un peso electoral de entre 3.5 a 5 puntos porcentuales. Solo le alcanza para una regiduría, yendo solo.
De por sí Fernando llegó fraccionado, por la fuerte oposición del grupo de Cristabell Zamora, que buscó la dirigencia municipal para Gerardo Serna, con el respaldo de la senadora Beatriz Paredes. Sin embargo, cosa curiosa, pudo más la panista Yahleel Abdala que se movió en México con Alejandro Moreno para conseguirle la posición a Fernando Castillo.
El segundo error de Castillo, fue aceptar que le tomara la protesta Pepe Suárez. Muchos priistas no están de acuerdo que durante el sexenio de Cabeza de Vaca se acercara al PAN y lograra imponer como síndica primero a su cuñada Dorina Lozano y a Raúl Posadas lo confirmó en la dirección de Conalep.
Ni que decir que el grupo Líderes Unidos operó para el PAN y sus líderes cobraron en la nómina municipal.
No transgrede ninguna ley que Pepe Suárez deje al PRI y se vaya al PAN, pero se ve mal, que regrese y se le permita, lo que no se permite a la militancia.
Ramón Garza Barrios militó en el PRI y se fue a Morena. Y lo mismo hizo Daniel Peña. Mal se verían regresar al PRI y que se les permita la toma de decisiones. Por lo menos hay que enviarlos a hacer fila.
En el PRI son pocos y ya se empiezan a salir, porque no están de acuerdo en la forma en que se está manejando el partido, en donde además se ve desesperada a Laura Valdez por ser próxima regidora. ¿Para eso quieren ser líderes? ¿Para despacharse con la cuchara grande?
Tanto Fernando como Laura deberían comprometerse públicamente a no buscar ningún cargo de elección en los próximos 20 años, por lo menos, para que ganen credibilidad entre los militantes. Por supuesto que no lo van a ser y van a hacer hasta lo imposible por ser regidores.
Por otra parte, el profesor Adán Hernández renunció al PRI y se incorporó al Partido Verde que dirige Juanes Carrizales.
Por cierto que Juanes acaba de hacer una campaña para invitar a ciudadanos a donar sangre y consiguió que 30 personas se apuntaran y fueran al Hospital General. En un día, consiguió lo que no se logra en varios meses, lo que habla de la necesidad de promover este tipo de campañas que ayudan a los enfermos que necesitan de una transfusión.
En otro tema, sigue brotando la cloaca del sexenio de Cabeza de Vaca. El Secretario de Administración, Jesús Lavín informó que se han detectado 113 aviadores, es decir, personas que cobraban sin trabajar. La mayoría han sido ubicados en Reynosa.
Esto además de muchísimas más irregularidades, desde vehículos no localizados, altas compensaciones en salarios, no dejaron medicamentos, etc. Fue el sexenio del saqueo.