La cercanía de las elecciones del año 2024 han convertido a los actuales tiempos en tiempos de politización. Sé perfectamente bien que siempre lo han sido, pero tengo la certidumbre que de aquí al próximo 2 de junio se le dará carácter político a toda acción y declaración de los políticos que pertenecen al partido en el poder.
POLITIZACIÓN Y POLARIZACIÓN
Por Armando Maya Castro
La cercanía de las elecciones del año 2024 han convertido a los actuales tiempos en tiempos de politización. Sé perfectamente bien que siempre lo han sido, pero tengo la certidumbre que de aquí al próximo 2 de junio se le dará carácter político a toda acción y declaración de los políticos que pertenecen al partido en el poder.
Los mexicanos seguiremos escuchando, con toda seguridad, severas críticas contra el presidente de México por sus ataques a algunas instituciones y a la prensa, mientras que el presidente Andrés Manuel López Obrador se defiende al afirmar que en el presente sexenio está más que garantizada la libertad de expresión, y que en su gobierno no existe censura.
Aún así, los detractores del primer mandatario de la nación continuarán diciendo públicamente que él es el único responsable de convertir el presente sexenio en el más violento contra el periodismo, y de ser un verdadero peligro para la democracia de México.
Mientras se acerca el día de las presidenciales del año próximo, veremos también la manera en que han de politizar también los políticos de la llamada Cuarta Transformación. Seremos testigos de ello porque lo que está en juego es mucho, y porque, como reza el viejo y conocido refrán, en la guerra y en el amor todo se vale.
El riesgo de politizar todo a conveniencia e interés de los diferentes partidos es la polarización que resulta de los reproches y acusaciones que paulatinamente suben de tono, y que a través de la desinformación terminan dividiendo, en perjuicio de México, a la opinión pública en dos extremos opuestos.
Está bastante claro que con la polarización política la que pierde más es la sociedad y la imagen de México en el exterior. De ahí la importancia de que los políticos y candidatos abandonen la confrontación y centren su discurso de las próximas campañas en propuestas claras y no en descalificarse entre sí. El pueblo espera que los aspirantes a los cargos públicos que próximamente estarán en juego echen mano
de un discurso propositivo, y le digan a los mexicanos cómo le harán para solucionar los diversos problemas que nos aquejan.
El deber de la ciudadanía será demandar seriedad de los aspirantes y suspirantes, exigiendo de todos y cada uno de ellos elevar el nivel y calidad de discurso de sus campañas. Todo por amor a México que lo merece.
Otra exigencia de los ciudadanos a los políticos debe ser el evitar con sus discursos incendiarios la dañina polarización, lo que impide que nuestro querido México termine de consolidar su democracia para seguir transitando por el sendero del desarrollo y el progreso.
Twitter: @armayacastro